Impuestos y servicios
Afortunadamente vivimos en una sociedad democrática, a pesar de sus muchas carencias.
En la sociedad y el estado y forma política en la que vivimos actualmente (podía ser más libre piensan algunos -entre ellos yo-), desde que se restauró la democracia en nuestro país tras la dictadura franquista sufrida por los españoles durante casi 40 años, en nuestro país se instauró un estado autonómico que pretendía y pretende igualar lo máximo posible a todos los territorios de la vieja España a la que algunos no desean pertenecer ya que se creen más y con más derechos que los demás.
Pues bien teniendo en cuenta la actual situación resulta que el gobierno de todos, del Estado Central) recauda la mayoría de impuestos, mientras que al tiempo la mayoría de los servicios al ciudadano los prestan otras administraciones, ya sean los ayuntamientos o los respectivos gobiernos autónomos, que para ello han de ser financiados por el gobierno de España que, como decía, suele ser el que recauda.
Así que el fallo principal de esta situación suele ser que las administraciones
que económicamente dependen del gobierno central, no pueden prestar o en su caso estar al día, monetariamente hablando, de los servicios que les prestan a los ciudadanos, pudiendose dar así la situación en que, como actualmente, se les demande a estas administraciones “inferiores” la prestación o el pago de determinados servicios en tanto que desde Madrid (entiéndase Gobierno de España) no les llega o le es recortada dicha financiación, la gente, protesta al ver menoscabados sus derechos ante los gobernantes que tienen más cerca sin pensar que posiblemente se puedan estar equivocando de ventanilla ante la que protestan o se quejan por ese menosprecio.
Juan Antonio Cid Ortega
Septiembre de 2012
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