Esta mañana, tras oír varios comentarios y reflexionar personalmente sobre el triunfo de la selección española de fútbol en la Eurocopa 2008, he llegado a la conclusión de que además de la alegría para aquellos que les gusta ese deporte, tal evento ha conseguido aunar a muchos en la euforia común por la victoria por encima de ideologías políticas o religiosas, clases sociales, etc.
Yo que precisamente estoy en contra de himnos y banderas, de íconos que dividen a las sociedades, me causó satisfacción anoche ver que todos se envolvían en una misma bandera. La gente normal, del pueblo, dejó atrás sus “miedos”, ese complejo a ser llamado “facha” por llevar una bandera de España ¡ya está bien qué España es de todos para lo bueno y para lo malo!
(Viñeta de Ferreres en El periódico de Catalunya 01-07-08)
Según los medios de comunicación la celebración se extendió a casi todos los lugares de España incluso a aquellos “países” o territorios de nuestro estado en donde hacerse ver con un símbolo supraterritorial es de alto riesgo porque los nacionalistas de turno, de tal o cual comunidad se han dedicado (incluyo los españolistas más rancios y arcaicos), y siguen haciéndolo, a masacrar a quienes, no comulgan con ellos y se dejan ver con emblemas distintos a los suyos. Nacionalistas o falsos patriotas que no hacen más que reducir su ámbito territorial y su ideología más todavía reafirmando a la mayoría en una identidad común.
Ya está bien de coartar la libertad de nadie, de malversar el lenguaje y las imágenes porque ambas cosas no son contradictorias, se puede ser y sentir catalán, gallego, vasco o andaluz y no por ello hay que dejar de ser español.
¿Por qué hay que aguantar a quienes se creen en el derecho de apropiarse de aquello que legítimamente es de todos?
Además no perdamos el horizonte y no olvidemos que, al fin y al cabo, sólo estamos hablando de un deporte, de un juego.
Juan Antonio Cid Ortega
Si estás contento del triunfo de aquellos que representan a España manifiéstalo y no dejes que nadie coarte tu libertad.
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